Siglos después desde que Cristóbal Colón arribó a América trayendo consigo lo peor y no deseado de las sociedades europeas seguimos permitiendo que extranjeros, multinacionales y otros estados disfruten y aprovechen nuestros recursos naturales, tal parece que no nos cansamos de que nos roben lo que por derecho es nuestro.
La posible llegada de empresas mineras a varios municipios de Caldas ha tomado por sorpresa a muchas personas que hoy ven con gran preocupación el alto riesgo de contaminación de los recursos naturales, tan solo en Aránzazu son catorce (14) las propuestas de contrato de concesión que están apunto ser otorgadas mediante el trámite de otorgamiento de contrato de concesión minera para explotar oro y sus concentrados, minerales de plata y sus concentrados, minerales de platino (incluye platino, paladio, rutenio, rodio, osmio) y sus concentrados, arenas y gravas y otros como lo especifica el AUTO GCM No. 00063 de 15 de junio de la Agencia Nacional de Minería.
Aranzazu, Salamina, Pácora, Riosucio, Supía, La Merced, Filadelfia, Samaná y Norcasia son los municipios que por directriz de una agencia del estado y desconociendo las características en las regiones, sus renglones económicos y sus proyectos de desarrollo están en riesgo por las actividades de explotación minera. Como si de la vida y la muerte se tratara muchas personas se han organizado en el norte de Caldas con movimientos cívicos, recolección de firmas, veedurías ciudadanas y ambientales, grupos de Facebook y WhatsApp, equipos jurídicos, asociaciones ambientales, agrícolas, entre otras, para trabajar por un bien común, servir de muro de contención para no permitir el ingreso de la minería a nuestro campo.
Quienes hemos tenido el privilegio de haber nacido y crecido en esta hermosa región del país tenemos hoy una responsabilidad moral superior, independientemente de nuestra postura filosófica, ideológica o política, necesitamos hacer causa común para defender la esencia y la vocación de nuestro territorio, para defender nuestros ríos y montañas, para defender su biodiversidad, para permitir y garantizar que las nuevas generaciones puedan disfrutar de este entorno en las condiciones en las que nosotros la hemos podido hacer.
Nos oponemos con determinación a la minería y megaminería en el departamento de Caldas.
¡Queremos a Caldas como la mariposa verde de Colombia, NO A LA MINERÍA EN NUESTRAS TIERRAS!