Por otro lado, el hierro, metal duro y de gran tenacidad; cualidad en el carácter, que permite la adaptación a situaciones o circunstancias que son adversas en el diario vivir, lo que le permite al ser humano ser perseverante para que de una forma u otra, pueda alcanzar sus metas propuestas.
“Mujer de hierro”, es el calificativo que describe a Carmen Betty Echeverry Ospina como una mujer de armas tomar, fuerte en sus convicciones, apasionada de la vida y de su familia, con un férreo sentido de la solidaridad y el servicio; honesta por naturaleza y de ética humana inquebrantable. Esposa incondicional y madre abnegada, generosa con su palabra y claridad en el actuar, ejemplo de mujer que permite ser imitada por aquellas personas que pueden encontrar en ella el punto de referencia de una verdadera dama.
Su legado en la docencia, trasciende hacia lo más extremo de la virtud del maestro; refinada en sus enseñanzas y exigente en los resultados, cuidadosa en los procesos y prudente en el consejo; así aprendieron muchos que con honor, desfilaron por entre sus aulas. Su calidad humana le permitió desarrollar la generosa labor de Primera Gestora del Municipio, extendiendo con calidez su virtud de servidora de los más vulnerables y necesitados.
Como esposa y madre, es el referente idóneo para cualquier hogar; con fecundo amor, labró el camino correcto que llevaría a su familia hasta la cima del éxito familiar, social y laboral. Como compañera de batalla, fue la aliada estratégica de un proyecto político matizado de honestidad y de ganas de servir. Cumplió con su cometido toda vez que manifestaba: “Tengan por seguro que votando por Lisímaco, están recibiendo 2X1, porque elegirán también a una coequipera”
Su partida deja un vacío profundo, porque con ella se aleja el ejemplo del valor de las pequeñas cosas que hacen felices a los más desfavorecidos, con ella parte el concepto de la lealtad, la honestidad y la ética, pero que a la vez queda como legado ante quienes conocieron sus virtudes de mujer integral, esposa, madre y amiga.
Paz en su tumba; fortaleza, resignación y unidad a su familia.
Hasta siempre “mujer de hierro”.