Hoy, y a pesar de las problemáticas que ha tenido que atravesar la comunidad bomberil del municipio, se celebran sus 53 años de fundación.
La vida institucional del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Aranzazu inició hace 53 años. Sus primeros años fueron difíciles, Las falencias de personal y de recursos monetarios fueron circunstancias que hicieron más loable su fundación. Las graves conflagraciones estructurales presentadas en los años 1945 y 1951 fueron los determinantes para la gestación del grupo de dignatarios.Algunos de los primeros bomberos que hicieron parte de esta comunidad fueron: Leonel Castaño Duque, Luis Restrepo Gómez, Israel Salazar García, Carlos Castaño Duque, Odilio Restrepo Hoyos, etc; tal como está consignado en Aranzazu: su historia y sus valores, del escritor aranzacita, José Miguel Alzate.
En el año de 1970, otra adversidad ponía en vilo el funcionamiento de Bomberos Aranzazu, un deslizamiento de grandes proporciones dejó completamente destruída la sede. la infraestructura física funcionaba en la parte trasera de la Alcaldía Municipal de Aranzazu. El establecimiento se repuso del grave hecho.
El desarrollo del establecimientos social inició apenas en los años 70. La llegada de la primera unidad extintora fue bálsamo en las accidentadas circunstancias de los primeros años. El acto fue una sensación el centro del municipio. Cientos de personas se agolparon para recibir el vehículo que facilitaría la atención de emergencias de la época. Hoy, la unidad Ford, sigue en impecables condiciones físicas y mecánicas.
Hoy, y a pesar de las problemáticas que ha tenido que atravesar la comunidad bomberil del municipio, se celebran sus 53 años de fundación, más medio siglo estando al pie de la seguridad pública y velando siempre por el bienestar y la integridad física de los aranzacitas y de sus bienes.
Por las circunstancias de salud pública que atraviesa el mundo, se hará imposible realizar una celebración como las tradicionales. La eucaristía que se realiza cada año se verá conmutada por una despoblada celebración litúrgica, en la que solo participaran algunos miembros activos de la institución.
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