Por: José Miguel Alzate
En la clínica Quirón, en la localidad de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, a donde fue conducido para ser sometido a un tratamiento de un problema renal, falleció a la edad de 72 años, víctima de un paro cardiorespiratorio, el cantante español Camilo Sesto. La noticia se regó por toda Latinoamérica después de las diez y treinta minutos de la noche del pasado sábado. El vocalista nacido en la población de Alcoy, en la provincia de Alicante, el 16 de septiembre de 1946, prácticamente había perdido su voz, según información revelada por el diario El País, de España. El anuncio de su muerte provocó la inmediata reacción de sus admiradores en toda América Latina, que se manifestaron a través de las redes sociales para lamentar la desaparición del ídolo.
Camilo Sesto se inició en la música como participante del coro en la iglesia de su pueblo cuando apenas tenía doce años de edad. A principios de la década del setenta irrumpió en este continente, con una voz maravillosa, el joven cantante español que pronto conquistó a Latinoamérica. Con las letras de sus canciones, baladas interpretadas con un sentimiento a flor de piel, Camilo Sesto se ganó el corazón de una generación que encontró en su estilo de cantar la ternura precisa para expresarle a una mujer el sentimiento que despierta en el corazón de un hombre. Con el tema Algo de mí, que fue su primera grabación, se dio a conocer en los países de habla hispana. Desde ese año 1971 el baladista impuso su estilo personal de cantarle al amor.
El legado musical de quien antes de convertirse en el ídolo que llenó escenarios en todos los países de América latina se llamó Camilo Blanes es inmenso. No solo por la cantidad de éxitos que grabó, la mayoría de su propia inspiración, sino por su calidad interpretativa, por el romanticismo de sus letras, por la fuerza expresiva que les imprimía a sus discos y por la excelente orquestación. Camilo Sesto cantaba con el alma. Pero, más que esto, interpretaba en sus canciones la alegría del hombre enamorado, el dolor de la separación y la ilusión de los reencuentros. Todo en un lenguaje que trasciende por su contenido poético. Todas sus canciones son expresión sentida de ese amor que se entrega con ardor en las venas.
Mi mundo tú, Con el viento a tu favor, Quieres ser mi amante, Terciopelo y piedra, Enamórate de mí, Amor mío qué me has hecho, Todo por nada, Amor amar, El amor de mi vida, Jamás, Celos, Mientras me sigas necesitando, Miénteme, Dónde estés con quien estés, Perdóname, Vivir así es morir de amor, Algo de mí, Melina, La culpa ha sido mía, entre otras, son canciones que nos enseñaron, a quienes entonces éramos unos muchachos románticos, a utilizar el lenguaje de la ternura para expresarle a una mujer cuánto la amábamos. Con Raphael y Niño Bravo conformó el trío de cantantes españoles que nos permitieron, con su música, enamorar a las muchachas. Ellas entendían que con esas canciones sentimentales el pretendiente les entregaba el alma.
Mas de ochenta éxitos musicales convirtieron a Camilo Sesto en el ídolo de varias generaciones. Todo por el contenido sentimental de sus canciones y por los excelentes arreglos orquestales. Escuchar El amor de mi vida es encontrar en sus frases la expresión sentida de un hombre que le canta a la amada con el corazón para decirle que le “duele más su adiós que el peor castigo que le imponga Dios” o que su “mundo era ciego hasta encontrar su luz”. Y qué decir de un disco como Perdóname; aquí el hombre desnuda su corazón para pedirle a la amada que lo perdone si le ha fallado alguna vez, o si huye cuando ella lo necesita más; le pide perdón si alguna vez la pasó lejos de ella, “en otros brazos, otro cuerpo, otra piel”. En Mi mundo tú exalta a la mujer cuando le dice que si su boca no besara la suya no sería feliz.
Era perfecto en la vocalización. Su voz tenía una tesitura exquisita. Una garganta privilegiada le facilitaba subir el tono con asombrosa facilidad. Sus canciones hablan del amor y el desamor, de separaciones y perdones, de fuegos encendidos en el alma. Maestro de la interpretación, cantaba con una voz sentida, con tonos esperanzados, pero también a veces desolados. La mujer fue su inspiración. Expresarles lo que el corazón siente, decirles que es por ellas que a veces el alma llora, lo hizo cercano a todos. Cualquier hombre que estuviera enamorado encontraba en sus letras las frases que quería decirle a la mujer amada. La muerte de Camilo Sesto a los 72 años de edad nos duele en el alma a quienes nos enamoramos con sus canciones.
En la clínica Quirón, en la localidad de Pozuelo de Alarcón, en Madrid, a donde fue conducido para ser sometido a un tratamiento de un problema renal, falleció a la edad de 72 años, víctima de un paro cardiorespiratorio, el cantante español Camilo Sesto. La noticia se regó por toda Latinoamérica después de las diez y treinta minutos de la noche del pasado sábado. El vocalista nacido en la población de Alcoy, en la provincia de Alicante, el 16 de septiembre de 1946, prácticamente había perdido su voz, según información revelada por el diario El País, de España. El anuncio de su muerte provocó la inmediata reacción de sus admiradores en toda América Latina, que se manifestaron a través de las redes sociales para lamentar la desaparición del ídolo.
Camilo Sesto se inició en la música como participante del coro en la iglesia de su pueblo cuando apenas tenía doce años de edad. A principios de la década del setenta irrumpió en este continente, con una voz maravillosa, el joven cantante español que pronto conquistó a Latinoamérica. Con las letras de sus canciones, baladas interpretadas con un sentimiento a flor de piel, Camilo Sesto se ganó el corazón de una generación que encontró en su estilo de cantar la ternura precisa para expresarle a una mujer el sentimiento que despierta en el corazón de un hombre. Con el tema Algo de mí, que fue su primera grabación, se dio a conocer en los países de habla hispana. Desde ese año 1971 el baladista impuso su estilo personal de cantarle al amor.
El legado musical de quien antes de convertirse en el ídolo que llenó escenarios en todos los países de América latina se llamó Camilo Blanes es inmenso. No solo por la cantidad de éxitos que grabó, la mayoría de su propia inspiración, sino por su calidad interpretativa, por el romanticismo de sus letras, por la fuerza expresiva que les imprimía a sus discos y por la excelente orquestación. Camilo Sesto cantaba con el alma. Pero, más que esto, interpretaba en sus canciones la alegría del hombre enamorado, el dolor de la separación y la ilusión de los reencuentros. Todo en un lenguaje que trasciende por su contenido poético. Todas sus canciones son expresión sentida de ese amor que se entrega con ardor en las venas.
Mi mundo tú, Con el viento a tu favor, Quieres ser mi amante, Terciopelo y piedra, Enamórate de mí, Amor mío qué me has hecho, Todo por nada, Amor amar, El amor de mi vida, Jamás, Celos, Mientras me sigas necesitando, Miénteme, Dónde estés con quien estés, Perdóname, Vivir así es morir de amor, Algo de mí, Melina, La culpa ha sido mía, entre otras, son canciones que nos enseñaron, a quienes entonces éramos unos muchachos románticos, a utilizar el lenguaje de la ternura para expresarle a una mujer cuánto la amábamos. Con Raphael y Niño Bravo conformó el trío de cantantes españoles que nos permitieron, con su música, enamorar a las muchachas. Ellas entendían que con esas canciones sentimentales el pretendiente les entregaba el alma.
Mas de ochenta éxitos musicales convirtieron a Camilo Sesto en el ídolo de varias generaciones. Todo por el contenido sentimental de sus canciones y por los excelentes arreglos orquestales. Escuchar El amor de mi vida es encontrar en sus frases la expresión sentida de un hombre que le canta a la amada con el corazón para decirle que le “duele más su adiós que el peor castigo que le imponga Dios” o que su “mundo era ciego hasta encontrar su luz”. Y qué decir de un disco como Perdóname; aquí el hombre desnuda su corazón para pedirle a la amada que lo perdone si le ha fallado alguna vez, o si huye cuando ella lo necesita más; le pide perdón si alguna vez la pasó lejos de ella, “en otros brazos, otro cuerpo, otra piel”. En Mi mundo tú exalta a la mujer cuando le dice que si su boca no besara la suya no sería feliz.
Era perfecto en la vocalización. Su voz tenía una tesitura exquisita. Una garganta privilegiada le facilitaba subir el tono con asombrosa facilidad. Sus canciones hablan del amor y el desamor, de separaciones y perdones, de fuegos encendidos en el alma. Maestro de la interpretación, cantaba con una voz sentida, con tonos esperanzados, pero también a veces desolados. La mujer fue su inspiración. Expresarles lo que el corazón siente, decirles que es por ellas que a veces el alma llora, lo hizo cercano a todos. Cualquier hombre que estuviera enamorado encontraba en sus letras las frases que quería decirle a la mujer amada. La muerte de Camilo Sesto a los 72 años de edad nos duele en el alma a quienes nos enamoramos con sus canciones.