A los amigos de Aranzazu por su cariño y simpatía, no cambien nunca, porque si existe un pueblo, está dentro de ustedes.
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Foto | Viajando por la Tierra |
Llevamos 3 años desde que nos subimos a esta aventura, en el camino fuimos derribando fronteras, como las de aprender un nuevo idioma y aprender nuevas maneras de hablar nuestro idioma. Comenzamos por recorrer Chile y partes de la Argentina que nos faltaban, para después entrar a Paraguay un amable país que nos abrió una puerta de entrada al gigante de América, Brasil, después de recorrer las playas de este país nos fuimos a Bolivia, quizás uno de los países mas variados en cultura y desde ahí cruzamos a Perú donde nos maravillamos con el Machu Picchu, al llegar a Ecuador la vegetación y las diversidad en bananos que hay nos gustó mucho. Nos quedaba entrar a Colombia para haber cumplido una de las etapas, Sudamérica.
Entre las personas normales que tal vez no hacen un viaje como el nuestro y que uno de los medios principales de comunicación es la televisión, Colombia es “Pablo Escobar”, sin embargo, para los viajeros Colombia tiene fama por sus colombianos, gente amable que no se hace esperar y llega para darte un apretón de manos, hay quienes te regalan dinero para el combustible, otros quieren que pruebes el tinto de su región. Fue así que tras el contacto con Juan, por Instagram, diciéndonos que debíamos conocer su pueblo, nos vimos sentados frente a una fuente mirando el pasar de la gente, en “el pueblo mas pueblo de Colombia” Aranzazu. Entre personas yendo y viniendo con el sonido de los “Yipes” de fondo vemos el espectáculo de uno de los personajes típico del pueblo, dando cátedras políticas a niños y adultos que se detienen para escuchar, aunque sea por un momento. Los bares y cafecitos abarrotados de amigos que cuentan historias y anécdotas.
El buenas tardes en todas las caras que cruzamos con un sonrisa amable, dejo en nosotros ese sabor de boca de un pueblo con todas sus letras, un lugar donde todos se conocen, donde todos tienen su propia versión de la historia. No pasó mucho tiempo para que estemos rodeados de buenas personas, preguntando por el viaje compartiendo historias y anécdotas. Estos son los principales motivos por el que decidimos viajar, para conocer y compartir, aquí en Aranzazu nos compartieron hasta lugar donde dormir, una desayuno y unos ricos buñuelos entre risas y charla.
Aranzazu quizás sea uno de los pueblos despojados por el caminar del turista, sin embargo, es tal vez uno de los pueblos que mas vale la pena visitar, donde la esencia del café se tiñe en el moreno color de piel de los que deambulan por la plaza principal en Aranzazu. A los amigos de Aranzazu por su cariño y simpatía, no cambien nunca, porque si existe un pueblo, está dentro de ustedes.
Viajando Por La Tierra