"A Colombia se la están repartiendo" Virgilio Castañeda

"Ellos ejercen yugo total sobre la gente": Virgilio Castañeda

Foto | ELCALDENSE.CO

Los pequeños pueblos conservan particularidades únicas que le dotan de magia, encantos y atractivos. Cómo diría en alguna ocasión el escritor Rubén Darío Toro, “yo cuando veo a Aranzazu no puedo dejar de sentir que, detrás de cada teja, tras de cada casa, tras de cada techo, tras de cada historia y cada persona hay un montón de cosas que no conocemos”.

Nuestro pueblo -que es muy pueblo- está poblado por personajes que guardan en sus memorias historias inusitadas  que merecen ser contadas. Algunas de esas historias están completamente escondidas dentro de las profundas concepciones de la persona que las conserva. Muchas de esas historias gozan de cierta importancia cultural, social, económica, incluso filosófica.

La plaza principal se encuentra abarrotada de personas que desde la mañana se apostan en los bolardos y bancas a departir y compartir experiencias vividas y conocimientos adquiridos.

Uno de esos personajes camina con desatines, posee vestiduras desgastadas y ya su edad le hace chocar con los caprichos del tiempo, sin embargo dentro de su mente existe una fuente inagotable de conocimiento impoluto. Posiblemente los terribles fantasmas de la manía acompañen sus pensamientos.

Virgilio Castañeda se dedicó por mucho tiempo a arreglar grabadoras, radios y televisores en un local que tomó en renta al lado de la tienda del conocido Antonio Echeverri “Toño grande”. Fue ese local tardes enteras, lugar de tertulias, los serios tratados del técnico servían para tejer conversaciones ciertamente intelectuales.

Hoy esas capacidades intelectuales siguen abundando en la personalidad de Virgilio, después de un par de tragos se dispone en un escenario imaginario para dirigirse ágilmente a un público bastante reducido, tal vez dos o tres personas que parecen no comprender muy bien el contenido de su discurso. En algunas ocasiones los asistentes a las ponencias de este personaje son policías que creen que es físicamente tratable, se han equivocado muchas veces y han tenido que renunciar al procedimiento policial. Constatamos que Virgilio no le hace daño a nadie, tal vez a algunos “comecuentos”, esos que comen cuentos enteros del sistema.

Me di a la tarea de asistir a uno de esos despoblados discursos a ser testigo de su prosa, pude ver que Virgilio conserva un discernimiento cultural muy acertado refiriéndose a datos históricos que son completamente comprobables. Afirma y reafirma que, “A Colombia se lo están repartiendo y nos van a dejar en carestía”.
Expresa entre idea e idea que Dios le dio el conocimiento necesario para saber que, “500 soldados se comen un novillo de 500 kilos en una hora”, frase que en su prosaísmo y planicie puede mostrar algo más allá, oculto entre sus líneas.

“Ellos ejercen yugo total sobre la gente” afirma con la ardentía que le caracteriza, el poder de su voz atraviesa el parque de lado a lado, esto llama la atención de algunos transeúntes que están acostumbrados a su alborotadora presencia pero no al encanto de su discernimiento.
Está completamente al tanto de la situación social y política del país, afirma que, “apenas estamos en los gloriosos, faltan todavía los dolorosos” y que la guerra en nuestro país es por causa de la apropiación de los territorios.

Virgilio Castañeda merece ser escuchado, sus vestiduras y su tosco estado físico actual no determinan su acertados conceptos y sus valiosas opiniones.


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