De manera ni siquiera refractaria, sino más bien burda, se pone al nivel de una obra de herencia cultural, una obra de concreto
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Foto | Diario La Patria |
Con todas las complicaciones naturales de la política, uno de los mayores aciertos de la actual administración del municipio, en representación de William Ruíz, es la gestión internacional de una biblioteca pública que aportará de manera invaluable a la cultura literaria del municipio.
En una sociedad posmoderna donde los índices de lectura son alarmantemente bajos, donde la desapropiación de espacios de formación va en constante declive, donde la literatura sufre de una penosa banalización y donde las drogas atrofian mentes incautas; una biblioteca pública es atenuante y un respiro bastante significativo. Entre suertes y torpezas de una administración joven, es un acto de completa naturaleza agradecer tan loable esfuerzo y aceptar con orgullo un espacio educativo y de recogimiento.
Pero, como todo en la política es de desequilibrios y de enemistades, no falta la fuerza política que todo lo quiere y que entre esas pretensiones, en muchas ocasiones protervas, quieren que el centro bibliotecario no sea construido en el lugar que ya se había destinado, los antiguos predios de la galería, que, aparte de apropiado para este proyecto, cabe anotar, fue la estación del cable aéreo del municipio que conducía hasta la capital del departamento.
De manera ni siquiera refractaria, sino más bien burda, se pone al nivel de una obra de herencia cultural, una obra de concreto. Esto no significa nada más que una ramplonería propia de la idiotez política.
El grupo político detrás de la negativa no es nada más, ni nada menos que El Movimiento de Salvación Nacional, representada en el consejo municipal por el Partido Conservador Colombiano, que no presenta otro argumento más que: “Este lote es el mejor ubicado con el que cuenta el municipio y podría servir para otro proyecto de mayor necesidad”.
Como buena muestra de la imperfecta democracia participativa de nuestro país, el Movimiento de Salvación Nacional se adjudica la decisión de los aranzacitas y a través de un comunicado aseguran que la representa: “El movimiento de Salvación Nacional interpretando la necesidad de la comunidad aranzacita y teniendo en cuenta que se demolieron las instalaciones de la plaza de mercado para hacer de este lote la biblioteca, consideramos que dicho proyecto es importante para apoyar el proceso de futuras generaciones, pero sería más lógico ubicarlo en uno de los centros educativos, fortaleciendo y permitiendo así que los jóvenes en general estén en permanente contacto con su biblioteca”.
La construcción de esta biblioteca dentro de un establecimiento educativo no es factible porque precisamente ésta es de carácter público y municipal. Uno de los problemas que envuelven a la biblioteca pública municipal actual, es que funciona dentro de las instalaciones de la Escuela Normal Superior Sagrado Corazón, pero que es propiedad de la parroquia del municipio, por consiguiente es un local prestado, lo que significa que no está abierta al público, como considera el alcalde.
Pero como es completamente normal, la visión conservadora ve lógico desplazar un espacio de construcción de ciudadanía, de cambio social, de recogimiento, de formación, de fomento de la cultura; y defender a capa y espada una obra de simplemente interés comercial, como un terminal de transporte para darle más “vida comercial” a este sector o la construcción de un hospital que ya tiene un espacio reservado.
Lo único que se conseguiría con las pretensiones del Movimiento de Salvación Nacional es seguir fomentando el desinterés cultural. Con una sociedad aranzacita desinteresada por las manifestaciones culturales, seguiremos sumidos en las problemáticas sociales que hoy nos afectan.
ELCALDENSE.CO